¿QUINTERO CALLE VA POR LA CONTRALORÍA DE MEDELLÍN? ¡OJO, CONCEJALES!

 


Por Jaime Restrepo Vásquez

No faltaría más que Daniel Quintero Calle, un tipo imputado por la justicia y detestado por los medellinenses obtuviera como premio, por interpuesta persona, el botín burocrático de la Contraloría de Medellín, que cuenta con cerca de 180 puestos que podrían serle útil a ese candidato amoral y con ambiciones desmedidas.

Por estos días, el concejo de la ciudad analizará las hojas de vida de los tres candidatos para ser contralores de Medellín. La lista la encabeza Paula Andrea Ortega Escobar, funcionaria de carrera en la Contraloría, seguida de Luis Eduardo Álvarez Vera, quien ha trabajado en la Procuraduría General de la Nación.

Pero es el tercer nombre el que enciende las alarmas. Se trata de Alina Marcela Restrepo Rodríguez, quien se desempeñó como subcontralora con funciones de contralora general de Medellín en el año 2022 y tuvo responsabilidad directa en la vigilancia fiscal de varias dependencias clave de la Alcaldía de Medellín durante el mandato de Quintero.

Aunque es necesario aclarar que no existe una relación directa ni pública entre Alina Marcela Restrepo Rodríguez y Daniel Quintero, es un hecho que su trayectoria la ubica en un ecosistema político-administrativo complejo y cuestionable. Es más: su nombre aparece continuamente vinculado con el exgobernador y exalcalde Luis Pérez Gutiérrez, quién es, para muchos, el poder detrás del poder de Quintero Calle.

De por sí, esa cercanía con la letrina putrefacta en la que Quintero y «aguas vivas» Pérez convirtieron a Medellín, debería ser causal suficiente para desestimar el nombre de cualquier candidato, pues la ciudad ha gritado hasta el cansancio que ambos personajes son ingratos y deben ser alejados completamente del erario distrital.

En cuanto a Alina Marcela Restrepo Rodríguez, resulta completamente absurdo que alguien en la cima de la Contraloría de la ciudad no se hubiese percatado del asalto descarado que venían perpetrando desde la Alcaldía de Medellín, máxime si se tiene en cuenta que dicha entidad tiene como misión el velar por el uso apropiado de los recursos públicos, los mismos que fueron desviados, derrochados y desaparecidos durante el periodo de Quintero Calle.

Es que la ceguera de Restrepo Rodríguez en la Contraloría es llamativa. Por ejemplo, ella lideró una auditoría de cumplimiento a la Secretaría de Seguridad y Convivencia durante la Alcaldía de Quintero, y salvo unas palmaditas en el tafanario al secretario de seguridad, no pasó nada más.

Asimismo, Restrepo Rodríguez participó en una actuación especial de fiscalización sobre la Secretaría de Gestión y Control Territorial para detectar posibles irregularidades en el programa Construye Bien y proyectos como el Mirador de Moravia. Otra vez, el resultado fue un llamado de atención sin consecuencias y hasta ahí llegó el asunto.

¿Alguien en el Concejo podrá decir, con seriedad, que Alina Restrepo es un nombre que se puede considerar para el cargo? Lo ocurrido el año pasado con el Personero William Yeffer Vivas Lloreda en el cabildo distrital, cuando la mayoría de cabildantes oficialistas quisieron reelegirlo, es un pésimo antecedente de lo que puede pasar con la Contraloría.

El mensaje debe ser contundente: alguien que haya ostentado alguna dignidad en el control de los recursos públicos durante el periodo Quintero, y haya guardado silencio, es sospechosos de complicidad y debe ser puesto en el baúl de los ingratos recuerdos.

Es más: no se entendería que una persona vinculada con Luis Pérez Gutiérrez y con la administración de Quintero tenga una mínima posibilidad de ocupar un cargo en este periodo de reconstrucción de la ciudad. ¡Ojo, concejales! Los ojos nuevamente están sobre ustedes.

 

 

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